Flag: guerra y falsos símbolos

Flag
Imagen promocional del anime Flag, propiedad de Bandai Entertainment

Flag, anime dirigido por Ryōsuke Takahashi

Cuando el ojo se acerca al visor todo cambia. La percepción de la realidad quizás quede reducida al campo de visón de un solo ojo, pero el fotógrafo ya conoce la escena, la ha analizado hasta el último milímetro en tan solo unos segundos y tiene la composición en su cabeza. Sólo debe encuadrar correctamente la imagen y apretar el botón. Así de fácil y así de complejo es conseguir la foto deseada. Momentos e instantes pasados que irremediablemente quedarán plasmados en la mente de los que vean la toma final.

En el pasado uno de los grandes temas que apenas se tocaron en los mangas y el anime fue el mar y todo lo que ello conllevaba. Decían los productores y editores que poco se podía sacar de un mundo acuático y de un barco ya que la sociedad está casi ausente por completo y solo existen unos cuantos individuos en camarotes con una rutina poco atractiva. Ahora sabemos que el mar ha dado grandes historias y grandes personajes, aunque eso si, sigue siendo un tema poco corriente.

Algo parecido ocurre con la fotografía y los fotógrafos. En contadas ocasiones he visto un manga o anime dedicado exclusivamente a una profesión tan bonita.

Flag, nos cuenta desde un punto de vista muy diferente la vida cotidiana de una tropa destinada en un pobre país de Oriente Medio, que está hecho añicos por culpa de una cruenta guerra. En medio de tanto dolor y tanto sufrimiento se encuentra una joven fotógrafa destinada en una base militar inmersa en un ambicioso proyecto: saber cómo es una guerra por dentro a través de imágenes, de sus propias instantáneas. Es también la historia de una fotografía que llegó a ser la más famosa del planeta. La imagen que miles de periódicos y telediarios calificaron como la fotografía del siglo. Muchas veces ponemos las esperanzas en una fotografía. No es malo, pero si ingenuo. Nos ofrece de manera amena un vistazo a la estrategia militar y nos demuestra de manera soberbia  la aplicación en mundo real  los conceptos de la ciencia-ficción. El anime ofrece conferencias de alto nivel sobre armamento, estrategia, y una brillante  evaluación de cómo funciona el mecanismo de  este mundo y los entresijos de los grupos de poder cómplices de cualquier guerra, desde los mass media pasando por  nosotros, los lectores y televidentes que nos creemos a pie juntillas cada palabra que nos ofrecen desde los medios informativos.

La mayor parte de las secuencias del anime son pequeños instantes, pequeñas historias o vivencias, vistas desde el visor de la fotógrafo. En contadas ocasiones se le ve la cara a la protagonista y eso hace que el campo de visión parezca reducido, cuando sin embrago es más grande y amplio que de costumbre. Es por momentos, un anime duro, lento y dramático. Comprendamos que se trata de un tema delicado como es una guerra. Es una crítica fortísima a hacia algunos países que con su insistencia han conseguido una situación de total desesperanza en las zonas de grandes conflictos. Niños sedientos de paz y libertad que seguramente no la verán nunca por culpa de la política y economía imperantes.

Flag nos enseña las miserias del ser humano en su totalidad, pero también nos muestra una manera muy peculiar y diferente de hacer anime. Su enfoque, su desarrollo y la mirada a veces fría de una cámara puede llegar a ser reveladora y nos lleva a ver cosas que el ojo normal no puede. Movimientos largos pero calculados y ajetreados. Nada se sabe de los protagonistas, salvo la razón por la que la fotógrafa ha llegado a hacer el reportaje en un país diezmado y arrasado.

Animación lenta y ágil al mismo tiempo. Llena de imágenes sacadas de un triste recuerdo de víctimas. Un triste y desolador canto a la esperanza. Una foto -que los propios gobiernos espoleados por las grandes empresas que distribuyen información a todos los rincones del mundo- reconvertida en falso símbolo de paz y libertad. Fantástica la ejecución de los animadores que han sabido captar las escenas de guerra nocturnas y las interminables intromisiones de una cámara en modo nocturno que hará las delicias de muchos. La música perfectamente acorde con los momentos precisos.

Animación y crítica social se aúnan para darnos la razón a aquellos que estamos en contra de cualquier guerra y cualquier gobierno que masacra y extermina vidas humanas en pro de una ideología que sólo los beneficia a ellos y a unos pocos.

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